El pasado 29 de octubre ocurrió una catástrofe natural que conmocionó al país entero. Valencia se ahogaba, literalmente. Más de 75 municipios, sumados a dos en Castilla La Mancha y uno en Andalucía, afectados por una espectacular DANA que dejó a su paso miles de familias damnificadas.

Las noticias que llegaban eran escalofriantes, las cifras de personas fallecidas y desparecidas aumentaban según pasaban las horas. Las imágenes hablaban por si solas.

La respuesta solidaria de miles de personas en esos días dio la vuelta al mundo, dando ejemplo una vez más de la buena voluntad de la ciudadanía. Aunque se echó en falta coordinación para poder hacer que esta respuesta hubiera sido más eficaz y más controlada.

Según pasaron los días, las historias personales se sucedían en los medios de comunicación y la gente seguía comentando todo lo que había ocurrido.

Las donaciones seguían llegando a las zonas afectadas y a centros logísticos habilitados para ello como el que el Consejo General de Enfermería, a través de su ONG Solidaridad Enfermera puso en marcha gracias a la cesión de un espacio por parte de Mapfre.

Ha pasado más de mes y medio, y aún la solidaridad es palpable en la zona, aunque la vida como es lógico, ha continuado con normalidad fuera de las zonas afectadas.

Los valencianos y valencianas damnificados no solamente están preocupados por su día a día ya que muchos de ellos y ellas lo han perdido todo, sino que además tienen que hacer frente a un futuro incierto, lo que sin duda después de lo vivido no es fácil.

Las historias que se escuchan allí de primera mano son muy duras, y algunas personas protagonistas de las mismas, están comenzando a darse cuenta ahora de lo que vivieron durante aquella tarde y aquella noche de octubre, lo que las está llevando a enfrentarse también a un estrés postraumático.

A ello se suma el duelo por lo perdido, tanto las vidas humanas como las cosas materiales y los recuerdos de una vida entera. Todo ello debe ser tratado y acompañado por personas expertas que puedan proporcionar espacios seguros y herramientas para superarlo poco a poco.

Valencia tiene un gran reto por delante, volver a la normalidad va a ser difícil, y va a llevar mucho tiempo.

Pero no por eso debe quedar en el olvido lo que ha ocurrido. Es importante continuar a su lado, identificando las necesidades que vayan surgiendo, y seguir mostrando esa solidaridad de los primeros momentos.

El Consejo General de Enfermería, a través de su ONG Solidaridad Enfermera continuará con el compromiso adquirido de estar cerca de las personas y seguir apoyando a través de donaciones materiales para conseguir mejorar sus condiciones de vida.

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